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El hijastro se volvió loco: ¡pidió a su madrastra que le ayudara a descargarse! Al final ella sólo accedió a hacerlo una vez. Ja, ja, ja, y luego ella misma admitió que su papá nunca la había jalado tan bien. Atrapó al pez en un anzuelo - ¡ahora revoloteará en él durante mucho tiempo!
Había un negro tumbado, y aquí aparecen dos bellezas así y le hacen una mamada a la vez, y el negro tuvo suerte. Si tales bellezas hubieran subido, incluso sin el humor, la aguja estaría a 12. La chica negra es genial.